jueves, 15 de octubre de 2015

Feliz Cumpleaños Oscar Wilde.

A lo largo del tiempo he leído y he vivido con los escritos de Oscar Wilde, pero hoy en su cumpleaños recordaré una anécdota que tiene mucho peso emocional para mí. Cuando tenía 19 años un poco mayor diría yo, hoy ya tengo 23, leí el cuento “Mi amigo fiel” y aun lo conservo en mis recuerdos como un tesoro, definitivamente son lecciones que aún estando en la capacidad de poder entender y comprender de una mejor forma no olvidas, y recuerdo que lo leí muchas veces mas y le iba encontrando cada vez más sentido, la amistad sin condición, la solidaridad frente al prójimo, realmente cuánto intentamos entregar sin esperar nada a cambio, que difícil se les hace a algunas personas este tipo de cosas. “El amigo Fiel” del autor Oscar Wilde se trata del sacrificio que uno ofrece tanto en tiempos buenos como en tiempos malos a su prójimo, las acciones sin costo alguno que un amigo se ofrece a hacer, desde cosas grandes hasta cosas pequeñas a cambio de nada, como nos los demuestra un buen señor llamado “Hans” este es un muchacho humilde, colaborador, buena gente y un buen amigo


Hay tantos textos hermosos con los que se podrían identificar y es que Oscar Wilde nunca pasara de moda de hecho como el mismo dijo: “La moda es siempre un esperpento tal que nos vemos obligados a cambiarla cada seis meses”. Su inigualable sentido de la verdad es lo que más me llama la atención para ser por siempre una admiradora más de este señor. Vale destacar que mi cuento favorito es “El ruiseñor y la Rosa” pero de este haré un texto diferente pues merece una entrada para el solo.


(Ponquesitos de Parchita hechos por mi adorado amigo Enrique)

Durante muchos años infinidades de autores han hablado largamente sobre el dolor y el sufrimiento de los amantes, de personas totalmente afligidas, de aquel amor no correspondido, de una amistad hipócrita o del problema para la mayoría del ser humano “existir y dejar de vivir”. Pero pocos han logrado combinar la sinceridad con la belleza, la honestidad ante la pena con el más intenso goce estético. Uno de estos genios fue, sin dudas, Oscar Wilde. 

(Dublín, 1854 - París, 1900) Escritor británico. Hijo del cirujano William Wills-Wilde y de la escritora Joana Elgee, Oscar Wilde tuvo una infancia tranquila y sin sobresaltos. Estudió en la Portora Royal School de Euniskillen, en el Trinity College de Dublín y, posteriormente, en el Magdalen College de Oxford, centro en el que permaneció entre 1874 y 1878 y en el cual recibió el Premio Newdigate de poesía, que gozaba de gran prestigio en la época.

Oscar Wilde combinó sus estudios universitarios con viajes (en 1877 visitó Italia y Grecia), al tiempo que publicaba en varios periódicos y revistas sus primeros poemas, que fueron reunidos en 1881 en Poemas. Al año siguiente emprendió un viaje a Estados Unidos, donde ofreció una serie de conferencias sobre su teoría acerca de la filosofía estética, que defendía la idea del «arte por el arte» y en la cual sentaba las bases de lo que posteriormente dio en llamarse dandismo.

En 1884 contrajo matrimonio con Constance Lloyd, que le dio dos hijos, quienes rechazaron el apellido paterno tras los acontecimientos de 1895. Entre 1887 y 1889 editó una revista femenina, Woman's World, y en 1888 publicó un libro de cuentos,El príncipe feliz, cuya buena acogida motivó la publicación, en 1891, de varias de sus obras, entre ellas El crimen de lord Arthur Saville.

El éxito de Wilde se basaba en el ingenio punzante y epigramático que derrochaba en sus obras, dedicadas casi siempre a fustigar las hipocresías de sus contemporáneos. Así mismo, se reeditó en libro una novela publicada anteriormente en forma de fascículos, El retrato de Dorian Gray, la única novela de Wilde, cuya autoría le reportó feroces críticas desde sectores puritanos y conservadores debido a su tergiversación del tema de Fausto.
No disminuyó, sin embargo, su popularidad como dramaturgo, que se acrecentó con obras como Salomé (1891), escrita en francés, o La importancia de llamarse Ernesto (1895), obras de diálogos vivos y cargados de ironía. Su éxito, sin embargo, se vio truncado en 1895 cuando el marqués de Queenberry inició una campaña de difamación en periódicos y revistas acusándolo de homosexual. Wilde, por su parte, intentó defenderse con un proceso difamatorio contra Queenberry, aunque sin éxito, pues las pruebas presentadas por este último daban evidencia de hechos que podían ser juzgados a la luz de la Criminal Amendement Act.


El 27 de mayo de 1895 Oscar Wilde fue condenado a dos años de prisión y trabajos forzados. Las numerosas presiones y peticiones de clemencia efectuadas desde sectores progresistas y desde varios de los más importantes círculos literarios europeos no fueron escuchadas y el escritor se vio obligado a cumplir por entero la pena. Enviado a Wandsworth y Reading, donde redactó la posteriormente aclamada Balada de la cárcel de Reading, la sentencia supuso la pérdida de todo aquello que había conseguido durante sus años de gloria.

Recobrada la libertad, cambió de nombre y apellido (adoptó los de Sebastian Melmoth) y emigró a París, donde permaneció hasta su muerte. Sus últimos años de vida se caracterizaron por la fragilidad económica, sus quebrantos de salud, los problemas derivados de su afición a la bebida y un acercamiento de última hora al catolicismo. Sólo póstumamente sus obras volvieron a representarse y a editarse.